Continúa siendo Miercoles 22, pero no puedo dormir. Estoy muy contenta pero también muy preocupada. Mi numero de cuenta continua a zero y tengo un segundo email de pagar clases. No hace mucha gracia deber dinero. No hace mucha gracia intentar coger el bus intentando no tener que pagar en un pais que no es el tuyo. No hace. Pero sigo aquí, contenta en que todo saldrá bien. Qué ironía!
¿En que pienso?
Os contare la primera parte de lo que ocurrió en Michigan , USA. Ya os conté que mi decision de irme allí casi fue imprevista. Y por ello a mi hermano que estaba allí le costo adaptarse, pero a la que no le gusto la idea de tener a alguien en casa fue a su mujer. De hecho , tampoco a mi me gustaba. Si salía de casa, me miraban con preguntas, si pasaba la mañana en la habitación luego habían silencios que me ahogaban y por no hablar de las miradas que mataban. Así que cuando empece a sentir que no quería volver a España y empece a mirar cursos de ingles, la situación empeoro.
Ella sabía , que si tenia que pagarme los estudios, al menos necesitaba una casa donde vivir de manera gratuita. Pero no todo estamos dispuestos a ayudar, no todos. Así que con mucho dolor me quede por dos meses. Pero no puedo ser más. Mi relación con mi hermano era buena, y empezábamos a conectar y a hacer cosas juntos. Pero él ponía en juego un matrimonio y yo mi salud.
Aquel día fue la primera vez que alguien me dijo que estaba destrozando su vida, fue la primera vez que vi tanto odio en la mirada de alguien. Pero también verguenza y algo de pena. Aquel día tenia las maletas a nose donde. Ese día fui la niña rota que todos miraron cuando me fui. A pedazos me escondí en el bosque detrás de la casa. Allí lloré hasta que me comieron los mosquitos. Y de camino a ninguna parte, ni aquí ni allí, me acorde de llamar a unos Españoles que conocí a través de facebook. Ni siquiera estaba segura de hacerlo. No había seguido en contacto con ellos porque quería aprender ingles. Pero no tenía a nadie más. Y aun que me sugerieron que me podia quedar un día más o dos... me dolía solo pensarlo. No me va la hipocresía y no podía mirarla a los ojos sin sentirme derrumbada. Yo no sentía odio. Yo solo sentía dolor, decepción y perdida. Muy perdida.
Los españoles fueron como esa familia con la que yo iba a pasar un tiempo. Ellos me abrieron sus puertas y sus corazones. Ellos son una parte de mi que me acompaña cada día. Vivi con ellos por unos meses, saliamos juntos en buenos y malos momentos, buscábamos planes de la nada y compartíamos todo lo que teníamos. A nosotros. Pero como si no fuese poco, antes de quedarme sin visa y quedarme en tierra de nada ellos fueron los que me motivaron a seguir. Me sonrieron y confiaron en mi. Y por ello cuando pierdo la confianza, o cuando me siento sola, pienso en esa familia que tengo un poquito más cerca de mi.
Ellos. Uno de cadiz otro de Mallorca... me acompañaron hasta el aeropuerto para decirme de nuevo adiós. Yo me iba de nuevo. Viaje de Michigan a Vancouver. ¿Por que? Encontré una familia. Yo trabajaría de niñera y volvería a estudiar para tener mayor oportunidades. Ese más o menos era el plan.
Ese plan era como una receta de cocina, si solo te cuento que le pongo esos ingredientes seguramente suena aburrido, pero es que esa receta tenia tantas especies que he echado mucho de menos a esa familia, a mis amigos de España y mi familia, incluso el sol o el olor al bizcocho de mi madre. Sobretodo he echado de menos tomarme un cafe con leche con un amigo de improvisto y reirnos y hablar del futuro hasta caer la noche.
Pero mi recuerdo en Vancouver os lo contaré otro día. Espero que me acompañes, y así te pueda hacer reír de improvisto.
Buenas noches.
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