Wednesday, February 12, 2014

Quien soy?

Este fin de semana fui a cenar con un grupo de españoles. Después de tanto tiempo sin rodearme con españoles, esa cena me dio una vision real de lo que todos sentimos, de quienes somos en realidad una vez nos hemos ido.
En casa tu amigos son aquellos que tienen cosas en común con tu estilo de vida o incluso que se adaptar de alguna manera a tu forma de pensar. Otras veces es tan solo el paso de los años el que hace que aun seáis amigos, pero tantos años hace que tengáis cosas en común. Pero aqui, aqui lo único que os une es que sois españoles. Eso implica que muchas veces sientas que esos españoles son algo extraños y realmente no te sientes perfectamente confortable en ese sitio.

- Me gusta salir con gente que me hace mejor persona y que me ayuda a crecer y aprender- Dijo Anton después de la cena.
-Es cierto, pero creo hay mucho de eso en cada uno de nosotros. Estoy segura que puedo aprender mucho de todos ellos- Añadí yo.
-Estas muy sola, eh!
-Si, antes me sentía sola a pesar de estar rodeada de gente, pero ahora me siento sola por que no tengo a nadie con quien compartir la vida.
-Eso es mentira, tienes a Damian- dijo Anton.
-Es cierto, soy afortunada.
-¿ De verdad? - dijo Roberto- En la vida se necesitan mas personas que solo un novio que ni siquiera habla.
-No habla pero te escucha y te quiere mucho. -Añadió Anton.
- Ambos tenéis razón , sobretodo en que estoy sola, sobretodo en que necesito mas gente a mi lado y sobretodo que Damian me quiere mucho-  pensando en si tal y como me quería Damian era suficiente. ¿ Pero suficiente para qué?, me pregunté.

En esos pensamientos me quede pensando en el pasado, en cuando me fui, en cuando me pensé que me estaba encontrando a mi misma, y en cuando descubrí que seguía tan perdida como siempre. Recordé que cuando volví a España los primeros días parecían los más soleados de mi vida, pensé que no quería irme y que quizás cometí un error al irme, pero al paso de una semana la gente estaba haciendo su vida rutinaria. Por desgracia en aquella vida rutinaria el tiempo para mi ya no formaba parte de la rutina de ellos y muchas cosas habían cambiado, y tenían algunas historias importantes en las que yo no estuve para apoyarles. Entonces recuerdo descubrir que mi casa ya no era mi casa y que yo tenía que volver a hacer las maletas. Desgraciadamente después de dos años y medio sigo siendo de ningún sitio, ni de aquí, ni de casa. Y aquella fue la mejor conversación con los españoles, que al final todos habíamos perdido esa sensación de hogar.

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